Asumir la Historia
24/11/2014
Se cumplia ayer, 23 de Noviembre, 766 años de la conquista (cierto…que no reconquista) de Sevilla por Fernando III «El Santo». Ahondando en los afanes revisionistas, como comenté en la pasada entrada, que actualmente afecta a todo, mucho se ha denostado hechos como este, a la luz de una neo-visión histórica a la que se le quieren aplicar criterios sociales actuales que emborronan la realidad de los hechos que sucedieron y lo sacan de su contexto en no pocas ocasiones.
El avance de los reinos cristianos, sus campañas militares de conquista, no fueron sino fruto de los movimientos políticos expansionistas de la época a los que no era ajeno tampoco el mundo musulmán…todo ello bajo el «paraguas» religioso que tantas veces ha servido y sirve de capote para «argumentar», muchas veces, lo imposible de justificar en nombre de la Fe.
Fernando III, fue responsable de la quema de la biblioteca de Córdoba, diran sus detractores, impuso unas condiciones de rendición leoninas, y expulsó a los habitantes de las ciudades que le oponían resistencia…pero nada de esto eran comportamientos ajenos a los hombres de aquella época, indepencientemente de sus creencias.
Se tiende a idealizar épocas, modos de gobierno o incluso a seguidores de una divinidad, que, como todo en esta vida, tuvieron sus claros y oscuros. Se olvida que era el gobierno de los almohades, ortodoxos musulmanes (que podiamos caer en asimilar al Estado Islámico…si nos unieramos a esta corriente simplista histórica que denunciamos) que desde luego no eran los Reyes de Taifas de siglos pasados ni los Emires y Califas de Córdoba…momentos esos si de gran esplendor y cierta convivencia en paz (más que tolerancia…pero eso es tema para ortro día). Castilla y el cristianismo vino a ponernos en el camino de Occidente, con sus luces y sus sombras también, pero que nos alejó de ser un estado confesional, bajo probablemente el gobierno de la Sharia, con unos derechos civiles mermados en demasía. Es la Historia y sus consecuencias, que no se pueden cambiar, pero si asumir y aprender de ella.
Publicado el 15 febrero, 2016 en Historia. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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