Archivos Mensuales: enero 2017
Unción sagrada
En las eternas tertulias de los cofrades, entre tanto humo de velas e incienso que cantó el poeta, a veces salen asuntos de transcendencia.
A los que nos preocupa la pérdida de esencia en nuestro mundo cofrade, el olvido de los «porqués» de lo que hacemos (igual aquí como en tantos otros órdenes de la vida…), la banalidad en la que todo cae hoy día, buscamos, acaso con torpeza y limitaciones, que es lo que está fallando.
El hacer las cosas porque si, vacía de alma lo que debe ser un sentir profundo. Así terminamos disfrazándonos de nazarenos en vez de revestirnos de nuestra túnica, o acudiendo a (según qué) Cultos para “ver y ser vistos”. Miras atrás en los siglos, lees lo más que puedes sobre esto que te interesa y tratas de aprehender esa esencia que denunciamos que se va como el agua de un reguero tras la lluvia.
Se hablaba en una de esas tertulias que me gustan porque no tratan en exclusiva de como toca tal banda o como rachea el paso de tal cuadrilla, de la «unción sagrada», eso que en la imaginería del Barroco dorado se encontraba hasta en un angelote de altar menor y hoy día hay que buscar muchas veces, cual «Diógenes cofrade», con insistencia, y cuesta encontrar….salvo honrosas excepciones (por ello ilustro esto con esta última pintura de Isabel Sola).
Esa unción sagrada, ese sensación espiritual que transmite aquello que se crea para culto divino (no lo olvidemos), creo que debe empapar todo ámbito cofrade, no solo en el escultórico: en el altar efímero que se monta, en el sentir que pone una cuadrilla en una chicotá (en forma, tiempo y medida…), en las palabras que un Hermano Mayor dirige a sus Hermanos…y eso solo puede nacer desde la creencia, el conocimiento, y el amor a nuestra tradición cofrade. Hagamos un esfuerzo por lo que queremos, que, como escribió Montesinos, se siga notando en la sangre.
Camino y Universidad
El principal factor de mantenimiento de todo lo que merece ser Patrimonio de la Humanidad, lo que realmente da sentido a nuestro paso por este mundo, es la capacidad de transmitir ese valor de apreciar lo bello, lo sabio, lo que aporta valores…a las generaciones futuras. Hoy día es el principal escollo con el que se encuentran tantas iniciativas culturales, sociales o medioambientales (ya se sabe, esos sectores que no se sustancian en un enriquecimiento rápido y pecuniario…) en la sociedad actual.
El Camino de Santiago, el mundo jacobeo en general, para quien lo conoce, va más allá de la simple experiencia deportiva, cultural o religiosa: es una experiencia vital, una escuela de aprendizaje, comprensión y puesta en valor de principios fundamentales para el ser humano.
Pronto hará un año de una de las más importantes iniciativas en este sentido, como fueron las I Jornadas jacobeas Universitarias en Andalucía, acometidas por la Asociación Jacobea de Jaén. Derroche de trabajo, iniciativa, buen hacer y cariño, como todo lo que los amigos de Jaén emprenden: ponencias sobre historia y cultura jacobea andaluza, gastronomía mozárabe, sesiones literarias, y recorrer el Camino Mozárabe de nuestra tierra, haciendo que los universitarios bajaran de las Bibliotecas a las sirgas camineras…no se puede condensar ni equilibrar mejor tanto en tan pocos días. Implicar a la Universidad de Jaén costo trabajo…propagarlo al resto de Universidades andaluza (pues ese es el proyecto a medio-largo plazo) es una cuestión de sensibilidad y apertura de miras por parte del máximo estamento educativo de cada una de nuestras provincias…a la espera de ello estamos.