La Semana Santa en la distancia
27/05/2015
Es un tópico cierto que a los cofrades nos gusta hablar de Semana Santa en cualquier época del año, como de todo lo que se vive con pasión. La distancia de los meses y las calores plomizas de nuestra tierra son más proclives a la reflexión. Como pequeño aporte a tantos rios de tinta vertidos sobre la pasada «Semana Mayor» (término más aseptico y politicamente correcto al despojar a la celebración del caracter religioso y dejarlo en mera fiesta), destacaría, como la mayoría, el punto de inflexión que ha marcado.
No soy original en esto, pero si creo reflexiono desde un punto de vista cada vez menos tratado: el espiritual. Todo es cíclico, lo que sube baja, y el esplendor se vuelca en cenizas con el paso de los tiempos y la pérdida de la esencia de lo que es único. Anuncian que la Semana Santa genera 1000 millones de euros en Andalucía, y eso nos preocupa a los «bohemios» cofrades, esos que todavía buscan, y encuentran, un espacio de reflexión y de encuentro con lo divino, de recuerdo de lo que sacrificó aquel Buen Pastor de Galilea por un ideal de amor, de ayuda al prójimo, pues parece que solo la cuantificación tiene valor hoy día: cuanto dinero, cuantos nazarenos, cuantas horas en la calle….Nos preocupa porque sabemos que es el último, o primer (según nuestra escala de valores), fundamento por el que subsiste la celebración pasionística entre la sociedad general no creyente….no por ser una manifestación religioso-cultural única, profunda, con raices de siglos, detrás de la cual hay una labor de culto público, de caridad con el necesitado (bien entendida y silenciosa), de formación humana en valores y de Fe…por que deja dinero y eso cierra bocas del martillo secular que pretende poner el cierre cada vez que miramos para otro lado.
El espectáculo se impone a marchas forzadas y la escenificación triunfa sobre el contenido cada vez más, por ello se han dado los problemas de retrasos, divergencias de criterio irreconciliables sobre horarios, desencuentros…pero aun nos queda esperanza, cuando escuchamos tantas reflexiones que apuntan a que hay que volver a la esencia y al fundamento de nuestras Hermandades y Cofradías, a no vendernos por satisfacer a un publico que lo mismo le da ver una procesión que un partido de futbol, si es lo que toca, a volver a la racionalidad de para lo que se creo todo esto, a la autenticidad. Eso nos salva, ese es el supremo valor de la Semana Santa.
Publicado el 17 febrero, 2016 en Cofradías. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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