Atalayas perdidas
16/03/2015
Hubo un tiempo en que eran señoras de valles y quebradas, la llave de tantos pasos de montaña, piezas codiciadas por el poder de antiguos señores. El tiempo las despojó de importancia e incluso de sus propios sillares, y hoy se mantienen a duras penas como ruinas románticas.
Este de Aznalmara, en pleno corazón del Parque Natural de Grazalema es de mis preferidos. Desde la carretera parece majestuoso, como sacado del Señor de los Anillos (yo la llamo la Atalaya de Amon Sûl), señal y simbolo de las viejas sirgas que cruzaban la sierra, de una banda morisca de leyendas e historias de frontera.
Porque aun quedan espacios para soñar.
Publicado el 17 febrero, 2016 en Naturaleza. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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