Luna de verano
Ya paso tiempo, pero curiosamente la de estas noches me ha traido su recuerdo. Málaga, varada al borde del Mare Nostrum, nos ofreció a los peregrinos andaluces, hace ya casi un año, una luna sin igual que compensó calores y demás en un paseo por sus calles nocturnas.
Bullicio del estío que rebosaba sus calles, muros jacobeos en su Iglesia de Santiago, y al final, la Alcazaba, colgada del collado como una imagen de otros tiempos, desconocida para muchos, último bastión costero nazarí antes de la caida de la Fortaleza Roja. Sus muros retienen historias e Historia, y la luz de sus patios y fuentes derraman sabiduría de otros tiempos.
De mañana, los esteros y arenales nos esperaban en abrazo fraternal con los compañeros venidos de media España. La luna fue testigo…como estas noches.
Publicado el 13 agosto, 2016 en Jacobeo, Viajes. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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