De heroes y villanos
Nacemos con la necesidad de tener referencias a nuestro alrededor. Es algo consustancial al imaginario del ser humano. Modelos de conducta, de estilo, de moda…esta el escalafón completo, según la inquietud de cada uno. Del más profundo al más banal.
Y no necesitamos uno solo, sino a veces incluso uno que se adapte a cada momento de vida. Los modelos maniqueistas (bueno y malo) quedaron desfasados en una sociedad con cada vez más zonas “grises”…tirando a negro cuando uno ve la crueldad humana…sobreviviendo en blanco cuando uno haya una de esas personas que, como dice el personaje Barley en “La Casa Rusia”, para que hoy día se convierta en un referente debe “pensar como un héroe para comportarse como un ser humano medio decente”.
La pérdida, o más bien negación (para los que somos creyentes siempre están ahí) de modelos de vida con connotaciones religiosas, ha vaciado grandemente de modelos de conducta la educación en valores de la persona…haberlo haylos, pero la indefinición abunda….modelos de gorrita de plato y fulgurante carrera tras un balón que apenas saben hablar de otra cosa, de vida dispensada de toda obligación, de mirar solo donde el sol alumbra los han sustituido.
El modelo de vida, inventado o real, debe ser, al menos en la infancia y juventud, claro y definido, de lo contrario “confundirán” desde sus inicios al adulto que se va labrando en cada niño. Ya llegará la hora de apreciar, y lo haremos sin duda si la referencia es clara, que de todo comportamiento humano acorde a unos valores se saca algo positivo…de valorar a esos “caballeros oscuros”.
Publicado el 27 agosto, 2016 en Vida. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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