Piedras plateras
03/09/2015
…y volvimos al Camino. Se hace larga la espera, como la de todo lo que vale la pena, pero profundo el disfrute. ¿Quien dijo que Extremadura era seca? Páramos verdes como si de Galicia se tratara, puentes de piedra que salvan caudales generosos de rios jerteños…y lluvias que nos sorprendieron haciendo de la primavera un otoño tardio.
Buenos peregrinos, de los que no tienen prisa porque saben a donde van, lo que les espera, y disfrutan de una charla ante una copa de vino, de un atardecer en una ermita, en lo profundo de Bejar, donde el tiempo se escondió bajo soportales de piedra y quedó dormido. Y Fuenterroble de Salvatierra…el corazón espiritual de la Plata…si no existiera habría que imaginarlo, porque el peregrino necesita de esos lugares a los que el alma se agarra. Ya en lontanaza Salamanca, Roma de Occidente, majestuosa y vetusta, más hospitalaria de lo que es normal para las grandes ciudades. Aquí paramos, regresamos alegres aunque obligadamente al hogar…para cuando el regreso?
Publicado el 17 febrero, 2016 en Jacobeo. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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