Infanzones del Pisuerga
18/09/2014
No se si será snobismo o que uno es «rarito» por definición, pero mis destinos vacacionales no son los comunes al uso: vamos que yo a los tres días de playa me doy de cabeza contra las paredes…necesito algo más. Así este verano tocó Palencia…si, Palencia también existe…y es sorprendentemente desconocida: paraiso del románico y la historia, de los interminables campos góticos y de los montes que jalonan el desconocido Camino de la Besaya de regusto jacobeo. Allí encontré monasterios majestuosos que cobijaron rebeliones, la Virgen Blanca del Rey Sabio, la sirga templaria que acompaña a los caminantes temerarios de un verano duro por aquellas tierras, el lechazo… y la sabiduría de una tierra antigua.
Siempre me informo y documento antes de ir, pero esta vez todo quedó en conjeturas de cortas miras cuando descubrimos la realidad de una provincia olvidada ( inmerecidamente) que esconde naturaleza y arte en cada pueblo por pequeño que sea, y que me hizo variar una y otra vez mis planes en un inutil intento de aprehender un territorio con fondo. Para los que opinan que en España ya está visto todo…lo que sale por la televisión desde luego.
Publicado el 11 febrero, 2016 en Viajes. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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