Agustín Hepburn: in memoriam
15/03/2014
Diez años ya de la trágica muerte del malogrado Agustín Hepburn: por cierto, pregonero del Rosario y de la Navidad en mi Hermandad de Monte Sión. Los amigos de Artesacro fueron de los pocos en recordarlo, propio de esta ciudad que, cual Saturno, devora a sus hijos más loados, y que de Agustín apenas dejó las migajas de su recuerdo. Recupero ahora una carta que me publicaron en ABC con ocasión de su fallecimiento. Descanse en Paz y tenga merecida Gloria:
«La vida es injusta y, en ocasiones, cruel: pero la vida no es más que lo que los seres humanos queremos que sea. Antes de ayer, muy de mañana, leía la triste noticia de la muerte de Agustín Hepburn, y mi corazón de se encogió ante el suceso (y sus dramáticas circunstancias), como el de muchos cofrades de Sevilla.
Una sociedad entra en decadencia no sólo por la pérdida de poder económico o político, sino también, y sobre todo, por la pérdida de valores y, por consiguiente, de capacidad de apreciación de la realidad y de las personas por lo que son y no por lo que queremos que sean. Agustín no encajaba en los esquemas de esta sociedad de la comunicación, cada vez más incomunicada; su verbo florido y sus maneras hubieran, como indicaba Carlos Colón en su columna, hecho las delicias del público de los años 50, pero hoy no estaba “a la moda”, hoy “no vende”.
Pocos supimos ver bajo la superficie al trabajador incansable, al enamorado de su ciudad y sus tradiciones, con un respeto por todo y por todos que nosotros no supimos corresponder. Igual trataba a la Macarena o la Esperanza de Triana que a la más humilde hermandad de Gloria: con respeto, cariño y admiración, algo que no “cotiza” en los presupuestos millonarios de los medios de comunicación que tanto gastan en podredumbre humana.
Lo recuerdo con sus niñas disfrutando, y a la vez trabajando, en la noche sevillana de Abril con el Cristo de la Corona adentrándose en Santa Cruz; le vi por última vez con su traje oscuro, algo ajado por las incontables horas en la calle pero impecable en su compostura, en la mañana del Sábado Santo cuando mi Virgen del Rosario subía Argote Molina y la ciudad aún descansaba. Siempre en los lugares cofrades más recónditos, siempre incansable. Que Ella le de la Gloria en el Cielo que los hombres le negamos en la Tierra. Descanse en Paz
Publicado el 7 febrero, 2016 en Cofradías. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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