La sombra de Europa
Los extremismos son una pesadilla que se esconde, se oculta (a veces en lo más recóndito, expectante…) en la mente de toda persona. Todos estamos expuestos en algún momento, en alguna circunstancia concreta al menos, a dejar a un lado educación y valores y dejar escapar a la bestia. Siempre ha habido y habrá maestros oscuros (al lado de los cuales los Sith son «monaguillos»…) que sepan encauzar esa expresión cuasi-animal de pasar por encima de todos y de todos por miedo, por egoísmo, por sentimiento de superioridad…olvidando lo que nos hace personas…la racionalidad.
No hay que retrotraerse a los asirios o a los bárbaros…hace apenas unas cuantas décadas en Europa campearon el fascismo (breve, afortunadamente…salvo en este país…, pero intenso en maldad) y el comunismo más radical (duradero, y, a la larga y pausadamente, casi tan mortal como el primero), demostrando que entre el hombre civilizado y el que no, no hay tanta distancia a pesar de la pretendida evolución del pensamiento humano.
En Europa hace años que la ultraderecha va ganando terreno, incluso en sociedades consideradas cuna de la Razón como es la francesa, y mucho tardaba en hacerse hueco en nuestro país.
Son los de ahora más «inteligentes» (disculpen por el insulto que ello conlleva hacia la gente inteligente, por eso lo entrecomillo) que aquellos de «brazo alzado», pero el espíritu es el mismo, la semilla heredada y adornada de falsa reacción ante el «caos» que nos inunda, ofrece rápidas «falsas salidas» a los problemas. Pero, como apuntan gente más reflexiva, no es que ahora haya «camisas azules» hasta debajo de la cama; se nutren del desencanto de la masa, del desespero, de gente asqueada del «buenismo modernillo» en el que todo vale, mas que de pensadores y convencidos.
Contra ello lo peor es la confrontación, que los alimenta y les da alas, y el maniqueísmo de que toda idea que viene de su programa es fascista (calificativo que cada vez se usa más sin saber cuál es su real significado). Hemos dejado que se apropien de valores que deberían ser de todos, como el sentido de aprecio a sentirse español (a pesar de los pesares, uno de los mejores países donde se puede nacer…), o de ideas que son de común aceptaciónn por mucha gente de ideologías varias, como el reconocer que este sistema de las Autonomías «asimétrico» por culpa de malentendidos «derechos históricos», no sirve hoy sino para que existan desigualdades entre españoles por el mero hecho de haber nacido en una u otra (lean sino lo que opina Manuel del Valle, socialista ejemplar).
Se debe obrar con inteligencia (esta vez sin comillas…), desarmándolos con ideas novedosas, no desempolvando viejas beligerancias que ya fallaron, ilusionando, no estigmatizando…tan fácil y tan difícil, pero otro camino no hay, o seguirán ganando terreno.
Publicado el 25 noviembre, 2019 en Historia, Sin categoría, Vida. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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