Por la Marca Hispánica
Recordaba ese término entra la nebulosa de mis estudios de Historia en el colegio y el instituto como algo legendario…cuando los planes de estudio tenían una visión general y universal del mundo, no como ahora. Por tierras del Sobrarbe, alejados del turismo habitual, se encuentra un territorio de mezcolanza entre historias y leyendas, de reminiscencias carolingias y lombardas, de lenguas diversas y paisajes apabullantes. En los límites de San Juan de la Peña y el mítico paso del Somport con su casi olvidado Hospital de Santa Cristina (uno de los mejores de la cristiandad, según las crónicas), una comarca de monasterios e iglesias roqueñas se abre ante nuestros ojos.
Es uno de esos sitios donde te quedas con ganas de volver seguro. Paisajes duros pero bellos, e imperturbables desde siglos, son los refugios de la Naturaleza de Ordesa y Monte Perdido quizás los más sonoros a nuestros oídos, pero no os perdáis La Fueva o el Valle de Hecho, por donde aun se escuchan repiqueteos de bordones de peregrinos cuando no había caminos «oficiales» y los hombres éramos más valientes y menos acomodados, o construcciones dolmenicas recuerdan épocas de frios glaciares. O Ainsa con su fortificado y ecléctico urbanismo, propio de tierra de fronteras inestables y permeables a la mezcla de culturas aragonesas, catalana y francesa. Sin complejos «nacionalistas».
Una tierra para perderse entre buenas gentes y autenticidad…de las que no salen en los turoperadores…una delicia.
Publicado el 6 junio, 2017 en Viajes. Añade a favoritos el enlace permanente. Deja un comentario.
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