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Campanas francas

La miriada de peregrinos que avanzan por Europa, desembocan en España a través de los
pasos de Roncesvalles y del Somport. El caminante que atraviesa los Pirineos, antes y ahora,
al filo de la extenuación física y emocional del esfuerzo de sobrepasar la muralla natural de sus
montañas, probablemente tienen su primer atisbo de llegada a la meta soñada de Jacobsland a
través de sus oídos.


Aún hoy tenemos el placer de escuchar los tañidos de la Colegial de Roncesvalles al llegar a
territorio navarro. Quedan para el recuerdo los que sonarían entre las nieblas de Sumus
Portum, guiando al peregrino entre las nieves y ventiscas, hasta el Hospital de Santa Cristina,
pilar de la hospitalidad del Reino de Aragón, y digno de ser mencionado incluso en el Liber
Santi Iacobi como uno de los tres mejores de la cristiandad. Hoy, el poderoso campanario de la
Catedral de Jaca le toma el relevo en tierras aragonesas, mientras en la Catedral de Pamplona,
«María», la mayor campana de España aún en uso, hace las veces en tierras navarras.


El tiempo pasa fugaz, pero las campanas permanecen como un eco infinito en el ánimo del
caminante. Los dos Caminos se hacen uno en Puente la Reina, y atravesando tierras
logroñesas nos adentramos en el antiguo Reino de Nájera, en el que sobresalen robustos
campanarios, pero quizás sea el de de la Torre exenta de S. Domingo, la «moza de la Rioja», la
más destacada, con sus ocho campanas y su reloj que, aunque de origen medieval, por
avatares de la historia (caída de rayos, corrientes subterráneas que dañaron sus cimientos…),
nos ha llegado en su última construcción del siglo XVIII. La historia de la población que arranca
de una pequeña ermita donde S. Domingo, entre otros menesteres de hospitalidad, tañía la
campana en aquel despoblado del valle del Oja para orientar a los caminantes que, en los
albores de la peregrinación, que se extraviaban con facilidad por aquellas tierras. El Santo dejó
su memoria de dedicación al peregrino en la población que surgió en torno a su tumba y la torre
es tributo a su memoria, como casi cada rincón de la villa.

Virgen del Puente, Sahagún (León)


Castilla nos espera por sus duras tierras burgalesas. Aquí en Burgos el toque manual de las
campanas (declarado Patrimonio de la Humanidad en el 2022) tiene una de sus principales
referencias. Porque de siempre, la vida de los pueblos se regía por sus toques: esquilones,
romanas o mixtas, o el más musical carrillón, las campanas marcaban los tiempos, fiestas,
infortunios y alegrías…y lo siguen haciendo, aunque la malentendida modernidad trate en
ocasiones de silenciarlas.

Santa María la Blanca, Villalcazar de Sirga (Palencia)


En palabras del genial Delibes, en su libro «El Camino», «es expresivo y cambiante el lenguaje
de las campanas; su vibración es capaz de acentos hondos y graves y ligeros y agudos y
sombríos. Nunca las campanas dicen lo mismo. Y nunca lo que dicen lo dicen de la misma
manera»

Basílica Nuestra Señora de la Encina, Ponferrada (León)


De todos los campanarios que jalonan el Camino por Burgos, quizás sea el más humilde el que
más llame la atención del peregrino. Y es que la sencilla espadaña, rodeada de “taus”, que
corona las ruinas de San Antón, da rienda suelta a la mente del caminante, que atraviesa sus
desnudas arcadas de lo que antaño fue esplendoroso monasterio de los negros monjes,
herederos de la mística de los padres del desierto, que curaban el ergotismo.

Reloj Ayuntamiento Astorga (León)


A las rudas formas de Castrojeríz suceden, ya metidos en los campos góticos palentinos, las
airosas torres-campanario de San Martín de Frómista, que alternarán en la siguiente etapa con
la iglesia con hechuras de fortaleza, impronta de la Orden del temple, de Santa María la Blanca
en Villalcazar. Ya a lo lejos el caminante empezará a escuchar el carillón que forman a la hora
del Angelus las iglesias, monasterios y conventos de Carrión.

Catedral de Jaca (Huesca)


Se abandona Palencia por Terradillos de los Templarios para adentrarse en la recias tierras
leonesas. Las montañas aparecen en el horizonte y los campanarios se van transformando en
espadañas poco a poco, siendo la primera la de la Ermita de la Virgen del Puente, poco antes
de Sahagún, que es centro geográfico del Camino Francés.

Ruinas del Hospital de Santa Cristina (Huesca)

Las campanas de la Pulchra Leonina nos marcarán por su número y timbre, como corresponde
a tan grandiosa catedral, pero quizás la más vistosa sea la que corona el Ayuntamiento de
Astorga, con sus simpáticos maragatos, que la tañen a las horas en punto. El reloj maragato,
del siglo XVIII aunque con añadidos posteriores, con sus autómatas que hacen que el peregrino
pase más tiempo del habitual allí solo por verlos “actuar”,aunque común en Europa, es una
pieza rara en España.

San Martín de Frómista (Palencia)


Nos adentramos en las serradas que llevan al Monte Irago, y en esas soledades el peregrino,
cuando la niebla o la nieve aprieten, echará de menos la campana templaria de Manjarín
sonando irreductible ante las adversidades: Tomás aguarda el relevo y el refugio una mano que
lo remoce.

Santo Domingo de la Calzada (La Rioja)


Las campanas del Santuario de la Encina en Ponferrada, acaudilladas por “la Morenica”, nos
canta con alegría de carillón a la pequeña Virgen en la hora del Ángelus: llevan los nombres de
los Santos bercianos, Fructuoso, Genadio…y, curiosamente, una dedicada a la peregrina
Egeria.

San Antón de Castrojeriz (Burgos)


Y por fin el Alto de O Cebreiro, guardando la historia de aquella jornada de nieve donde, con
seguridad, tañían sus campanas para convocar y guiar a Juan Santín hacia la misa en la
iglesia, a la espera del milagro. En Cebreiro se halla el alma del resurgir del Camino, y el
cuerpo mortal de quién lo impulsó a la espera de la Parusía; Elías Valiña se llama, eterno
siempre en la memoria del Camino.


El Camino entra en sus días gloriosos en tierras gallegas, y el sin número de parroquias que
mantienen su repicar de campanas después de tantos siglos, alegran y confortan a los
peregrinos, sabedores del final marcado rotundamente por el sonar de Berenguela.

(PUBLICADO EN REVISTA PEREGRINO Nº 212 – ABRIL 2024)

Tañidos de Plata

En la apacible soledad de los Caminos, cuando el sol alcanza su cenit a la hora del Ángelus, sorprende al peregrino un sonido metálico, a veces el único en kilómetros, que ilumina el espíritu y da vigor a sus pasos ante la inminencia de alguna población cercana: son las campanas de alguna espadaña que nos alegra el día. Su sonido encierra tradición, hábitos sociales, comunicación, acerbo cultural…no por nada recientemente el toque de campanas ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO.

Durante siglos han sido un medio de expresión, incluso de emociones, de toda índole: religiosas, sociales…Su lenguaje es universal y fue medio de comunicación durante siglos; más de treinta modos diferentes de repique y volteos nos han legado los campaneros: ellas marcan los momentos del día, avisan de calamidades y también de las fiestas, llaman a reunión vecinal, anuncian tormentas y recuerdan a los difuntos. Parece ser que en España fueron introducidas por los visigodos, y, en el territorio que nos atañe, los mozárabes hicieron de su sonido un hecho diferencial de su estatus de cristianos en tierras islamizadas: baste recordar que en época almorávide, el ulema Ibn Abdún (siglo XII) recuerda a los “dimmies” que no deben hacer sonar sus campanas.

Campanario Santa María de la Asunción (Baños de Montemayor)

Es el Camino de la Plata un camino de campanas; la historia, entremezclada con la tradición, nos cuenta que por él Almazor llevo su razia contra Santiago, apoderándose de las que había en la por entonces pequeña iglesia que cobijaba el sepulcro del Santo, para traerlas a Córdoba y ser usadas como pebeteros que iluminaran la gran mezquita; por este mismo Camino, Fernando III, una vez conquistada la capital cordobesa, las devolvería a la sede compostelana en un ejercicio de justicia poética.

Abuelo Mayorga (Plasencia)

En Sevilla, las veinticinco campanas que alberga la Giralda, campanario mayor de la seo hispalense, despiden al peregrino con su toque del alba; todas tienen su nombre, pues fue costumbre bautizarlas cuando era erigidas en sus campanarios, y curiosamente la más antigua, de 1438, lleva el nombre de “Santiago”. Aún se guarda un manuscrito de 1533 con las “Reglas del tañido de las campanas”donde se regulan sus toques e incluso el oficio de campanero. Hasta 80 campanarios y unas 170 campanas llego a haber en Sevilla.

Espadaña Castillo de Puebla de Sanabria

Si ya de por si, el tañido de las campanas siempre da ánimo al caminante, en el Camino de la Plata, dadas las distancias a veces a recorrer sin poblaciones intermedias, es el único sonido que alivia nuestra soledad. No solo de campanarios religioso hablamos, también en el orden civil se usaron las campanas como medio de comunicación y forma de marcar el devenir de las horas, y una buena prueba de ello lo encontramos en Almadén de la Plata, en cuyo antiguo Ayuntamiento destaca la Torre del Reloj.

Iglesia de San Salvador de Palazuelo (Zamora)

Herederos de la cultura islámica que estuvo presente en este territorio de alminares reservados al almuédano, las campanas quedan recogidas en sus torres solo al alcance del campanero o sacerdote de turno. En la dura estepa extremeña el repique se vuele aún más distante y esporádico, más en los solitarios pueblos donde los campanarios son coronados por nidos de cigüeñas que sustituyen a las campanas que los amueblaron en tiempos más propicios.

Espadaña cementerio Rio Negro del Puente (Zamora)

Llegando a la frontera extremeña con Castilla-León comienza a cambiar el paisaje, el paisanaje, y los usos sociales. En la, injustamente olvidada por el trazado del Camino (algo inaudito si tenemos en cuenta la cantidad de hospitales medievales que tenía), ciudad de Plasencia, en su palacio municipal observamos como al campanario accede un autómata dieciochesco conocido como “Abuelo Mayorga”, que hace sonar las campanas a las horas en punto. Y es que, a partir de estos territorios, el reservado uso de las campanas se hace, por tradición e historia, de dominio público, quizá por la influencia castellano-leonesa; comienzan los campanarios y espadañas a aparecer muchos de ellos exentos o con acceso independiente de la Iglesia a la que se adscriben: así, por ejemplo, la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción en Baños de Montemayor.

Campana iglesia Villar de Farfón (Zamora)

Al norte de Cáceres, el Camino se transforma ya con verdores galaicos y cualquiera diría que estamos a un paso de la Tumba del Santo. Los campanarios no solo albergan estos instrumentos sino que, fruto probablemente de las horas de vigilia de los campaneros esperando para ejecutar su oficio o quizás por la visita de los que por allí pasaban aparecen en sus paredes múltiples inscripciones que (si exceptuamos las originadas por la falta moderna de civismo) aportan interesantes datos sobre la espiritualidad popular de otras épocas, como es el caso del campanario mayor de la Catedral de Salamanca. La interesante exposición “Ieronimus” que posibilitó durante meses la visita al mismo, nos desveló datos importantes, como el hecho de atribuirse a S. Paulino de Nola (siglo V, d. C.) la costumbre de colocar campanas en las torres.

Iglesia San Salvador de Tábara (Zamora)

Y, con paso pausado como corresponde al peregrino, llegamos a tierras zamoranas, donde la continuidad de la Vía de la Plata hasta Astorga o la variante portuguesa a través de Braganza, trazados auténticamente históricos, nos depararán más historias con campanas, pero en Granja de Moreruela giramos hacia el Oeste, por aquellos avatares del destino, por el Camino Sanabrés.

Iglesia Santa Marta de Tera (Zamora)

La más humilde aldea cuenta en estos lares con su iglesia y campanario, en ocasiones poderosos como el de San Salvador de Tábara, en otras sencillas espadañas como la de Santa Marta de Tera. Las campanas van desde aquellas de ejecución sencilla en diversidad de metales (sobre todo el bronce), hasta las más elaboradas que pueden incluir mútiples inscripciones y dibujos, tanto religiosos como profanos, pues no hay que olvidar que en lo más profundo del territorio castellano se esconden tradiciones que aúnan religión y superstición, así encontramos el toque de tentenublo para alejar los fenómenos meteorológicos perjudiciales (Tente nube, / tente tú, / que Dios puede / más que tú. / Tente nube, / tente palo, / que Dios puede / más que el diablo ) u otros para dificultar el vuelo de las brujas, por ejemplo. La comarca de La Carballeda está repleta de ejemplos de este sincretismo, siendo acaso el campanario templario de la Iglesia de N S. de la Asunción, en Mombuey, la construcción que más misterios arroja por su origen, apareciendo a los ojos peregrinos como torre defensiva adornada de sus canecillos con formas animales.

Torre Ermita Villafranca de los Barros (Badajoz)

El acceso a los campanarios de los pueblos zamoranos de Sanabria es ya mayoritariamente libre, público e incluso obligado, pues en esta España vaciada de gran número de sus pobladores, pero rebosante de hospitalidad y puertas abiertas, alegra oir el tañer alegre e improvisado de las campanas cuando el caminante las hace sonar a su paso: es vida lo que insufla su repique a los aires de unas tierras injustamente abandonadas.

Campanario Puebla de Sancho Pérez (Badajoz)

Y con paso firme, entramos en Galicia por Las Portillas, y tanto por Laza como por Verín, seguiremos viendo hermosos, enigmáticos, solitarios campanarios, escuchando su tañer por bosques umbríos envueltos en la historia y la leyenda, hasta llegar a Compostela. Allí, sobresaliendo sobre las demás por tradición y cariño de los peregrinos, nos encontraremos con “la Berenguela”, coronada por la linterna que alumbra el Camino de los peregrinos. Aunque su nombre popular sea erroneo, por referirse a una torre defensiva (hoy desaparecida) adosada a la Catedral por el Obispo Berenguer de Landoira, su sobrenombre nos sirve para cerrar el círculo abierto en Sevilla, al recordarnos a la madre del Rey Santo, fiel devota de Santiago, que inculcó a su hijo, “alférez de Santiago”, el amor por el Santo. La Torre del Reloj da las campanadas que señalan las horas, y, cuando ya no divisamos la ciudad en nuestro regreso a casa, aun podemos escucharlas en el aire y el corazón…que las campanas también transportan nostalgias.

(PUBLICADO EN REVISTA PEREGRINO Nº212 – ABRIL 2024)

Del buen gobierno de las cosas

“μέτρον ἄριστον” (en la moderación esta lo mejor). El adagio clásico sirve igual para un roto que para un descosido. Aplicable a cualquier aspecto de la vida, en él se encierra la guía de nuestras acciones: encontrar el término medio.

Tolerancia y moderación adornan al ser humano, como dirían los maestros, y cuando el fiel de la balanza no encuentra estabilidad entre ilusión y razón, los mejores proyectos dan al traste.

Ermita en Casas de Reina, en el Camino Jacobeo de la Frontera

En el mundo jacobeo, como en la sociedad en general, es fácil encontrar ambos extremos, y gente que fluctúa de un extremo a otro: peregrinos “new age” para los que todo es de color; caminantes que se han escorado a lo “políticamente correcto” (que, casi siempre, va en detrimento del Camino…)y desechan cualquier actitud crítica; aquellos que han perdido la ilusión, sin darse apenas cuenta, y vagan por cómodos senderos con alergia a las botas sucias, o quien se enfrenta a los derroteros (camino de las rocas, muchas veces…) de la sirga jacobea en armado solo de guitarra y chanclas. Está el caminante que solo ha surcado los libros de la tradición santiaguista sin saber sentido en el alma las «lágrimas del Obradoiro», y el que atraviesa kilómetros, mochila a la espalda, sin saber que recorre: ambos pasan con orejeras por la universalidad de la herencia compostelana.

Repito que no es nada nuevo en la evolución de los fenómenos socio-culturales, pero encontrar el añorado equilibrio, con mayor o menor acierto (humanos somos…) las más veces es cuestión de avanzar hacia adelante sin olvidar lo que hemos andado y nos ha enriquecido en saber y comprender.

Vista del antiguo recinto fortificado de Braganza (Portugal), en la variante portuguesa del Camino Mozárabe de Santiago – Vía de la Plata

El dirigente jacobeo debe estar en el Camino y en los despachos; si olvida cualquiera de los dos ámbitos, se aleja sin remisión de la realidad peregrina. Aporta tanto una reunión con la Administración Pública, donde siempre se puede ver la luz a un problema (no todos son demonios con rabo…aunque haya que buscarlos con una linterna a plena luz del día), como la visita a un pequeño pueblo de un camino incipiente y/u olvidado que te sorprende con su acogida o su tradición ignorada por el común.

Es la obligación de quienes dirigen asociaciones y federaciones y tienen en sus manos el futuro de estas instituciones y la ilusión de los peregrinos comprometidos, que aun los hay.  

Si Milciades fuera español

Cuando visité Grecia me llamó la atención una constatación que para los griegos era algo natural e incuestionable: los militares formaban parte de la sociedad, sin ambages, desde que las polis iniciaron su andadura; se les admiraba como a cualquier otro compatriota, médico, matemático, arquitecto…sin discriminaciones ni prejuicios. Todos contribuyeron a hacer de Grecia la cuna de la civilización europea. Y esa herencia “natural” la eché de menos en mi país. Si Milciades hubiera sido español ¿Hubiera tenido el mismo reconocimiento?

Aquí muchos dirán que si la última guerra sufrida en suelo patrio fue por causa de ellos (tomar la parte por el todo es algo muy español…un general gallego con mala leche estigmatiza a todo un estamento social), y se anclan en ese pasado para no ver el papel que hoy día juega, tan distinto, porque la modernidad también puede estar llena de arcaísmos. El mundo es, a veces, hostil en demasía (si no que se lo pregunten a los millones de refugiados de guerra) y es positivo ser pacífico, pero la paz no se defiende sola: los que vivimos la Guerra de los Balcanes en los 90 lo sabemos muy bien…lean “El Amor armado” de José María Mendiluce.

El Ejército hoy es una de las instituciones nacionales más intachables y admiradas…de las pocas: el soldado no es ya una figura de represión sino de protección, que guarda y vela nuestra seguridad (ahí están las operaciones contra el ISIS, por ejemplo). La pasada celebración del Dia de las Fuerzas Armadas fue todo un placer para los sevillanos, que nos volcamos visitando las unidades expuestas en el Parque de Mª Luisa (por cierto, explicando los militares con un cariño y humor envidiable a los ciudadanos que por allí pasábamos, bajo un calor de justicia…), los ejercicios en el rio, en el desfile posterior…y me alegró ver la cordialidad de la relación con ellos.

Sin embargo, aun nos queda mucho por avanzar en esa normalización a la que llegamos tarde, como tantas cosas en este país, mientras cuestionamos calles dedicadas a héroes de guerra (bochornoso, por ejemplo, el cuestionamiento de la calle “Almirante Cervera”) o monumentos a su recuerdo (el de los Héroes de Baler, inaugurado hoy con mucho esfuerzo…), o acomplejados de llevar al cine hechos históricos en los que fueron protagonistas.

El Ejercito hoy no es oscuridad y abuso de poder, como pudo ser puntualmente en un momento histórico: son veintitantos valientes caídos en la defensa y ayuda a Mostar, son misiones internacionales de mantenimiento de la paz, son caídos en el Líbano en defensa de un territorio libanés casi indefenso…son un pilar de la civilización, con los mismos derechos y obligaciones que cualquier ciudadano.

Reducción al absurdo

De verdad que he tratado de no escribir sobre este…»Salvame político»…pero nos copan la atención (o lo pretenden) en el espacio-tiempo de una manera…Soy de esos que no cree en la globalización (que poco bueno ha traído…) pero si en la aldea global. Cuando se viaja con cierta tranquilidad y te abres a la intrahistoria de las gentes y los lugares, te das cuenta que con todo el bagaje histórico-cultural que nos diferencia, el ser humano es igual en todas partes, con sus problemas y sus virtudes, y que el único elemento diferenciador en el jod…dinero.

La España actual se ha cimentado sobre un modelo político y económico asimétrico, a todos los niveles: somos, tristemente, el tercer país de Europa con más diferencias socio-económicas entre sus ciudadanos, según un informa de Intermón Oxfam…creemos que el haber estado a un lado u otro de una  historia común nos da derecho a exigir.

El delicado momento histórico de la Transición hubo que salvarlo con mucho diálogo, y tragándose (sobre todo los más tolerantes, como pasa  siempre…) muchos “sapos”, y uno gordo y seboso fue el de las “nacionalidades históricas”, donde se confundieron la historia y las señas de identidad con la sempiterna aspiración del ser humano a ser “más que los demás”. Cataluña, País Vasco…Navarra en lo “económico”…seguidos, con una actitud muy diferente, por Galicia o Andalucía…forjó este panorama abonado al conflicto. El coste de vidas humanas hizo recapacitar a los vascos más radicales…pero el afán de dinero no a Cataluña. Alimentado ese falso espíritu “nacional…ista”, que se basa en haber estado media historia de España apostando por el bando perdedor que les prometía privilegios del Antiguo Régimen (lease Guerra de Sucesión, olvidadas guerras Carlistas…y paces pagadas con dinero por Reyes incapaces de ejercer con realeza…) y por un victimismo inmaduro, llegó la democracia y…lo empeoramos.

Cuarenta años de una educación “dirigida” y sesgada han dado origen a toda una generación (o dos…) de catalanes que creen ser oprimidos y menospreciados y que una vez sean independientes, serán como una Suiza del Sur, donde atarán a los perros con longaniza.

Cansancio es poco…hartazgo de que aparezcan como el principal problema en España, cuando hay millones de parados, grandes fortunas enrocadas en si mismas, y corruptos andando por la calle sin problema…la solución pasa, a pesar de todo, por el diálogo y la educación igualitaria para todos los españoles (pues tenemos una Historia conjunta que nos une, no que nos separa) ya que es imposible ponerle un psiquiatra a cada independentista fanatizado que se cree la victima número uno de no se sabe que.

Lo único cierto, por reducción al absurdo, es que el “catetismo” (que en eso ha desembocado todo este nacionalismo) se cura si nos detuviéramos a conocer al otro, con los mismos problemas y sueños que cualquier otro ser humano, respetáramos más a nuestros semejantes y  frenáramos la ambición desmedida de nuestro tiempo colaborando no apedreándonos…que no somos el ombligo del Mundo.

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Que viene el lobo climático…

Se anunciaba el cambio climático desde hacía tiempo: «cosas de cuatro hippies», se pensaba esa masa que no digiere nada más allá de los programas de «vecindoneo» de las cadenas privadas, porque no tienen más inquietudes en la vida. Pero, de tanto anunciarlo, el cambio llegó, a marchas forzadas y recorriendo mucho más del terreno anunciado y en menos tiempo del previsto…y nos cogió sin remisión, preparación, ni actuaciones drásticas para frenarlo.

Se sigue anunciando en los diarios la llegada de temperaturas altas como «buen tiempo». Las alertas naranjas, antes leyenda, ahora son habituales y continuas. En Sevilla son dos meses de frío, cuatro de entretiempo tirando a calido, y seis meses de verano en el que cuesta respirar si no es debajo de un equipo de aire acondicionado.

Aun así, seguimos sin creérnoslo, o pensando que las autoridades harán algo que nos devuelva las estaciones climatológicas de antaño. Falta conciencia, falta responsabilidad, falta cambio de mentalidad…como en tantas facetas de nuestra sociedad. Mi hija «sufre» de ver el documental de la tortuga que muere ahogada en bolsas de plástico pero, a sus cuatro años, ya ha sacado la moraleja de que no hay que arrojar desperdicios al mar…otros de más edad y aparente sabiduría (o sino no estarían en puestos dirigentes ¿no?..¿no?…)siguen cuestionando que sea un problema…y detrás como siempre, intereses económicos. Y el planeta se agota…llegó el lobo climático.

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Camino y Universidad

El principal factor de mantenimiento de todo lo que merece ser Patrimonio de la Humanidad, lo que realmente da sentido a nuestro paso por este mundo, es la capacidad de transmitir ese valor de apreciar lo bello, lo sabio, lo que aporta valores…a las generaciones futuras. Hoy día es el principal escollo con el que se encuentran tantas iniciativas culturales, sociales o medioambientales (ya se sabe, esos sectores que no se sustancian en un enriquecimiento rápido y pecuniario…) en la sociedad actual.

El Camino de Santiago, el mundo jacobeo en general, para quien lo conoce, va más allá de la simple experiencia deportiva, cultural o religiosa: es una experiencia vital, una escuela de aprendizaje, comprensión y puesta en valor de principios fundamentales para el ser humano.

Pronto hará un año de una de las más importantes iniciativas en este sentido, como fueron las I Jornadas jacobeas Universitarias en Andalucía, acometidas por la Asociación Jacobea de Jaén. Derroche de trabajo, iniciativa, buen hacer y cariño, como todo lo que los amigos de Jaén emprenden: ponencias sobre historia y cultura jacobea andaluza, gastronomía mozárabe, sesiones literarias, y recorrer el Camino Mozárabe de nuestra tierra, haciendo que los universitarios bajaran de las Bibliotecas a las sirgas camineras…no se puede condensar ni equilibrar mejor tanto en tan pocos días. Implicar a la Universidad de Jaén costo trabajo…propagarlo al resto de Universidades andaluza (pues ese es el proyecto a medio-largo plazo) es una cuestión de sensibilidad y apertura de miras por parte del máximo estamento educativo de cada una de nuestras provincias…a la espera de ello estamos.

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Cara y cruz de las nuevas generaciones

20/03/2014

No voy a empezar por lo malo que es un tópico, a veces repetido pero no siempre justo. Se ve cuando uno empieza a hacerse mayor cuando empiezas a hablar de «los jovenes». En esta semana, en estos Reinos de Tartaria mios (por cierto, mi apoyo a los tartaros que reclaman en Crimea estado propio: eso de unos si y otros no, no vale…) me llegan dos noticias con los jovenes de protagonistas.

En tierras leonesas se pone en práctica el programa «Cambia de aires» (significativo el título) en el que jovenes de la provincia van a acometer etapas del Camino del Salvador: genial iniciativa para renovar el mundo jacobeo (necesitado, como casi todo, de sangre nueva) e incentivar entre los jóvenes otro mundo más allá de smartphones, tablets y botellonas. Por que se necesita romper con cliches y dinámicas perniciosas en las nuevas generaciones, que eviten imágenes tan tristes como la que muestra el Parque de M ª Luisa en su aniversario (responsabilidad por supuesto no achacable solo a estos sino a todos nosotros…y nuestros políticos al frente) luciendo los efectos del vandalismo, como bien denuncia el blog Cultura de Sevilla (de quien tomamos prestada la foto).

La tarea es dificil pero no imposible. No tengo las claves en la mano, pero lo importante es tener ilusión por cambiar e iniciativa, que el pobre porfiador…

 

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ASOCIACION AMIGOS DEL CAMINO DE SANTIAGO Y JUBILAR LEBANIEGO

Asociación creada con el objeto de recuperar el Camino Real Histórico por la costa de Cantabria a Santiago y Santo Toribio (Camino Lebaniego)

El Aquelarre

Escritos heterodoxos y Reflexiones heréticas desde lo profundo del Bosque Oscuro

Pilgrimage In Medieval Ireland

pilgrim roads, rituals & destinations

El Arco de Odiseo

Divulgación histórica y arqueológica del Mediterráneo antiguo

Franciscanos ofm Santiago

Provincia franciscana de Santiago. Actualidad y Presencia en el Noroeste de la Península. Fraydino@gmail.com

Al-Andalus y la Historia

Revista de divulgación histórica

Camino de vuelta

José Antonio de la Riera

Albergue Santa María de Fuenterroble de Salvatierra

Casa Parroquial, hogar de acogida y albergue de peregrinos

Blog oficial del Ejército de Tierra de España

Blog oficial del Ejército de Tierra

Blog Joyas del Camino®

Artesanía del Camino de Santiago de Compostela. The Way of Saint James Crafts

Cristina Colmena

Writer and Playwright

La túnica de Neso

Departamento de Latín IES La Senda Quart de Poblet

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Tradición Jacobea

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El Camino de Jesús Palacios

Es una pena que en la vida no haya flechas amarillas... @JesusPalaciosG www.elcaminodejp.es

En los Reinos de Tartaria

Hic sunt dracones